Desanimados por los pragmaticos enanos y los neutrales arteias, los elfos estaban abandonados sin aliados que llevaran a cabo la guerra con los orcos. Abandonados para lamentar su destino, los elfos se sorprendieron con la aparicion de un extraño entre sus filas. El extranjero se arrodillo ante el rey elfo, que se acercó para descubrir que el extranjero era un representante de los humanos. El extranjero llevaba una corona hecha con ramas de arboles.
“¿Qué ocurre, lider de los humildes humanos?” pregunto el rey elfo, “¿Vienes a burlarte de nuestra desdicha?”
El humano hizo una reverencia con su cabeza y habló, “No, sabio rey. Venimos a ver si nuestras débiles fuerzas pueden ser de alguna ayuda.”
Los elfos se alegraron, puesto que aunque los humanos eran insensatos y debiles, su gran numero podia ser de ayuda en la batalla.
“Muy encomiable por vuestra parte, rey humano,” conformó el rey elfo. “Insignificantes seres podeis ser, pero vuestra devota lealtad y voluntad de sacrificar vuestras vidas por nosotros es admirable. Vamos, adelante a la batalla para la victoria y vosotros ganareis estar directamente entre los elfos.”
El rey humano hizo una gran reverencia ante el rey elfo, y levantando su cabeza, mirando a su homólogo elfo. “Muy noble rey elfo,” dijo, “Nosotros los humanos tenemos una petición que hacer antes de que combatamos for la gloriosa victoria de la raza élfica. Nuestro poder es insuficiente. Nuestros dientes no pueden siquiera arañar la piel de los orcos y nuestras uñas son inútiles frente a sus músculos. Os rogamos, dadnos el poder de enfrentarnos a ellos. Enseñadnos los secretos de vuestra magia.”
Esta atrevida proposición dejo a los elfos furiosos y conmocionados. ¿Enseñarle magia a los humanos? Jamas! Los elfos gestionaron, invocando hechizos para convertir al humano en un monton de ceniza, pero la lider elfica Veora intercedio. Ella sentia que la petición no era amenzante y debia ser honrada. Los humanos eran demasiado debiles y es muy dudoso que ellos pudieran vencer a los orcos sin ayuda. Y con sus mentes inferiores, los humanos no serian ninguna amenaza incluso si fueran capaces de aprender magia. Y asi, ella hizo un trato que mas tarde le costaria su vida.
Los humans absorvieron rapidamente los caminos de la magia, aprendiendo mucho mas rapido de lo que los elfos habian anticipado. Los cuerpos humanos, aunque no eran tan fuertes como los de los orcos, habian sido fortalecidos a traves de la labor constante y la lucha interior entre su clase. Eran adeptos con sus manos y podian manejar habilmente armas y casi cualquier cosa, su número incrementó de forma enorme e impresionante. En un corto periodo de tiempo, la armada humana se convirtio en una fuerza formidable.
“¿Qué ocurre, lider de los humildes humanos?” pregunto el rey elfo, “¿Vienes a burlarte de nuestra desdicha?”
El humano hizo una reverencia con su cabeza y habló, “No, sabio rey. Venimos a ver si nuestras débiles fuerzas pueden ser de alguna ayuda.”
Los elfos se alegraron, puesto que aunque los humanos eran insensatos y debiles, su gran numero podia ser de ayuda en la batalla.
“Muy encomiable por vuestra parte, rey humano,” conformó el rey elfo. “Insignificantes seres podeis ser, pero vuestra devota lealtad y voluntad de sacrificar vuestras vidas por nosotros es admirable. Vamos, adelante a la batalla para la victoria y vosotros ganareis estar directamente entre los elfos.”
El rey humano hizo una gran reverencia ante el rey elfo, y levantando su cabeza, mirando a su homólogo elfo. “Muy noble rey elfo,” dijo, “Nosotros los humanos tenemos una petición que hacer antes de que combatamos for la gloriosa victoria de la raza élfica. Nuestro poder es insuficiente. Nuestros dientes no pueden siquiera arañar la piel de los orcos y nuestras uñas son inútiles frente a sus músculos. Os rogamos, dadnos el poder de enfrentarnos a ellos. Enseñadnos los secretos de vuestra magia.”
Esta atrevida proposición dejo a los elfos furiosos y conmocionados. ¿Enseñarle magia a los humanos? Jamas! Los elfos gestionaron, invocando hechizos para convertir al humano en un monton de ceniza, pero la lider elfica Veora intercedio. Ella sentia que la petición no era amenzante y debia ser honrada. Los humanos eran demasiado debiles y es muy dudoso que ellos pudieran vencer a los orcos sin ayuda. Y con sus mentes inferiores, los humanos no serian ninguna amenaza incluso si fueran capaces de aprender magia. Y asi, ella hizo un trato que mas tarde le costaria su vida.
Los humans absorvieron rapidamente los caminos de la magia, aprendiendo mucho mas rapido de lo que los elfos habian anticipado. Los cuerpos humanos, aunque no eran tan fuertes como los de los orcos, habian sido fortalecidos a traves de la labor constante y la lucha interior entre su clase. Eran adeptos con sus manos y podian manejar habilmente armas y casi cualquier cosa, su número incrementó de forma enorme e impresionante. En un corto periodo de tiempo, la armada humana se convirtio en una fuerza formidable.
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